jueves, 6 de agosto de 2009

EBRO: EL RIO DE LA ESPAÑA INMORTAL


En este punto exacto, bajo la imagen de la Virgen del Pilar, patrona de la Hispanidad, ven la luz las aguas del río que da nombre a la Península Ibérica. En tierras de Campoo, donde Castilla y Cantabria son una sola tierra, le pese a quien le pese, nace el Ebro, que hermana las tierras castellanas con las aragonesas y catalanas. Ebro que en nuestra tierra nos regala paisajes indescriptibles en su recorrido por Valderredible hasta formar ese pequeño mar interior que es el Pantano del Ebro. Ebro castellano, Ebro aragonés, Ebro catalán, Ebro...español.

Un monumento del cántabro Jesús de Otero recoge, junto al nacimiento del río, la siguiente reflexión del cántabro más universal, D. Marcelino Menéndez Pelayo:

“La áspera sierra que guarda en sus humildes peñascales la cuna del histórico río que a toda la península da nombre y que después de saludar los férreos lindes de la Vasconia y besar el muro triunfal y sagrado de Zaragoza, viene a rendir tributo en vuestro mar en la ribera tortosina, simbolizando en su majestuoso curso la unidad suprema y la diversidad fecunda de la historia patria".

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