Hace mucho tiempo que tenía
esperando su turno las memorias de D. Gonzalo Fernández de la Mora, publicadas
bajo el título RIO ARRIBA. Unas veces una nueva adquisición requería más
urgencia, otras, el olvido tras algún volumen ya de por sí escondido han
retardado la lectura de esta obra que hoy aconsejo como imprescindible y que ha
supuesto un verdadero deleite para conocer la vida y pensamiento de uno de los
intelectuales más importantes de la España del siglo XX. Su faceta política fue
muestra de su integridad moral y sólo el hecho de ser el fundador de RAZON
ESPAÑOLA, la revista de pensamiento más importante de la España
postfranquista, sería suficiente motivo para que Gonzalo Fernández de la Mora
ocupe un destacado lugar en el panteón de hombres ilustres de una Patria a la
que sirvió y de la que nunca se aprovechó.
Ni será lugar éste para el relato biográfico que
puede seguirse en la obra referida arriba o en muchos otros medios ya
publicados; será espacio para distintas y valiosas reflexiones de un hombre,
sus inquietudes, su lúcida visión de España y su superioridad ética en los
momentos que empiezan a marcar la decadenc ia de España y de la civilización
occidental.
He aquí la primera entrega de
varias que seguro no dejarán indiferente a nadie.
(Sobre la Iglesia y la Patria)
“Las blancas túnicas y los cirios
temblorosos. Las losas húmedas cimentadas sobre castigados huesos. Ya apenas
hay monjes, y los supervivientes rehúyen el hábito tradicional. Aquella
pulquérrima liturgia llegó a través de los siglos, hasta mediados del vigésimo,
y la vi extinguirse con la gran crisis posconciliar que diezmó el clero. En
sólo un lustro, el rito secular se convirtió en arqueológico”
“Impregnado del clima épico de la
reciente victoria, me parecía imposible que España hubiera sido vencida alguna
vez. No pude imaginar que asistiría a la inversión de aquel triunfo”
“Cipriano Cavero, un sacerdote
inteligente, sensible y generoso, que pocos años después, se iría a misionar
indios en Centroamérica. No volví a verle hasta que, hacia 1972, pasó unos días
por España para enterrar a su madre. Nuestro fugaz encuentro….me dio una visión
directa de la trágica crisis espiritual en que se despeñó una parte
considerable, si no mayoritaria de la Compañía”
“…Eso se lo debo a los ignacianos
que regresaban del amargo exilio, que compartían con más de media España el entusiasmo
de una Cruzada, y que no tenían complejo alguno de inferioridad ante el ateísmo
y la permisividad. Además, poseían la inmensa fuerza de creer firmemente en lo
que enseñaban. No podría decir lo mismo de otras hornadas posteriores que he
conocido más de lejos, desustanciadas en el vano intento de consonar lo
inconciliable”
“Y la paz abierta, sobre todo
para los hermanos equivocados, aunque a muchos no se les empezaría a caer la
obstinada venda de los ojos hasta el autodesplome del marxismo, medio siglo
después. Una paz sin odios para la regeneración en la unidad, la libertad y la
grandeza….Amaba a España en sus glorias y a pesar de sus caídas…..No me habían
ocultado las miserias del Guadalete a
los afrancesados; pero, quizás por pudor a lo más próximo, habían pasado de
puntillas sobre una centuria larga, desde el rey felón hasta las checas…..No
reprocho, sino que agradezco a mis educadores haber vivido el torso de la
existencia, como tantos de mi tiempo, en un patriotismo idealizado, porque ese
sentimiento ha sido un poderoso motor de acción y de esperanza. Dura mutilación
la de quienes se crían huérfanos de historia y de destino”
“No era el Estado quien se
apoyaba en la Iglesia, sino ciertos eclesiásticos de radical intransigencia los
que presionaban a la autoridad civil para que actuara de brazo secular en la
ejecución de unas consignas morales tan obstinadas como estrechas. Cuando esto
escribo, un sacerdote enseña a sus alumnos del colegio jesuita de Chamartín que
la era de Franco fue mala porque el Generalísimo mandaba censurar ciertas
escenas de algunos espectáculos. Así reescriben nuestra pequeña historia los
irresponsables o los cínicos. Y me pregunto si, tácitamente, aprueban el
insoportable diluvio porno gráfico actual”
(De su estancia en Alemania)
“Los vencedores aplicaron a los
alemanes un duro tratamiento psicológico.No
les bastó derrotarlos y dividirlos; se empeñaron en que se sintieran culpables,
no sólo de la muerte de judíos, crimen del que era responsable una minoría
fanática, sino de haber sido nacionalsocialistas –lo que afectaba a una mayoría
inmensa- y, sobre todo, de haber guerreado. Esto último excluiría de la condena
únicamente a los prófugos. El complejo
colectivo de culpabilidad era obligatorio; los medios de comunicación lo
predicaban como un estribillo….En el fondo incluso los católicos monárquicos y
antinazis estaban orgullosos de haber llegado, solos frente al mundo, hasta las
inmediaciones de San Petersburgo, el Cáucaso y Alejandría….y así fue cómo,
entre escombros y lavados de cerebro, los alemanes supervivientes de la
catástrofe levantaron la estructura social, económica y política más sólida de
la remanente Europa libre, es decir, de la no entregada a la URSS en Yalta”
“Tardé en comprender que el
respeto a la jerarquía era la secreta arma social de los germanos. Son la contrafigura
del más o menos envidioso igualitarismo hispánico”
“Salí de Alemania con un absoluto
e invencible desprecio hacia los
marxistas confesos que parasitaban las imprentas occidentales y que se
tornarían liberales al día siguiente de la caída del muro de Berlín. La actual
administración socialista está rociada de tales gentes que, por su currículum,
carecen de presentabilidad intelectual y moral. Quien en el mundo libre haya
predicado el marxismo no tiene más salida digna que retirarse a la silente,
humilde y vitalicia atrición. Lo otro es cinismo puro y duro….Ya vivimos
nuestros siglos de oro regidos por germanos, los Habsburgo. Luego, bajo el
signo francés, la decadencia”
(Varios)
“La esquizofrenia negativa de los
actuales configuradores de la opinión pública hace que España viva de espaldas
a sí misma, y ha conseguido que no se lea, no ya a los clásicos o a modernos
como Azorín, sino a inteligencias tan próximas y aleccionadoras como Ortega y
Marañón”
“Desde ATENEO se trató de reconstruir
la unidad en torno al ideario, reactualizado de Acción Española; pero, desasistidos por los principales centros de
poder cultural, público y privado, perdimos una batalla del pensamiento y se
inició el camino que, a través de un lento desmantelamiento intelectual del
Estado, desembocaría en su destrucción a la muerte de Franco. Muchos de los que
entonces se enmascaraban de católicos o de falangistas mostrarían, al fin y al
cabo, su verdadera faz, ya demoliberal, ya socialista, ya comunista y, por
cierto, agnóstica….los actuales lodos vienen, pues, de una polvorienta lejanía.
La historia no la determina el epigastrio, como creía Marx, sino el seso….Era
la sempiterna tentación hispánica de los revanchismos, cuya más intensa y
penosa manifestación vivida por mí no fue la de la posguerra civil, sino la de
la II Restauración, infatigable en el denuesto, maquiavélica en la
falsificación histórica, e inexorable en la persecución del resistente a la
reeducación partitocrática”
“Hacía sólo tres años que uno de
los gobernantes más funestos de la edad contemporánea, a quien la propaganda
falaz fabricó un mito, Franklin D. Roosevelt, se había humillado, arrastrándose
en una silla de ruedas hasta Crimea para entregar a Stalin media Europa y,
luego, luego pedir a los aliados leales la indiscriminada autodeterminación de
unos territorios coloniales de arbitrarias fronteras y carentes de madurez. Los
horrores padecidos por las naciones del este europeo, las forzadas migraciones
masivas, los conflictos de Oriente Medio, Asia y el Caribe, la anarquía de una
gran parte de África y el inmenso coste de medio siglo de guerra fría con la
amenaza del holocausto nuclear fueron el precio que pagó la humanidad por la
flaqueza de un moribundo que aspiraba a conservar una imagen izquierdista y que
pretendió disimularse tras la increíble ficción de que Moscú se comportaría democráticamente…..a diferencia de
pueblos como el polaco o el rumano, nuestra excepcional victoria de 1939 nos
permitió mantenernos en libertad”