martes, 29 de diciembre de 2009

ALFONSO PEREZ


El domingo 27 se cumplieron 73 años de los luctuosos sucesos acaecidos en el puerto de Santander a bordo del barco- prisión Alfonso Pérez, donde más de 160 presos por el delito de ser monárquicos, derechistas, requetés, falangistas, militares o religiosos, resultaron asesinados en una sola jornada. Este hecho por sí solo ya serviría para condenar a la II República y sus defensores, de entonces y de ahora, a las letrinas de la historia; esta tropelía llevada a cabo por aquellos singulares energúmenos defensores de la libertad y la democracia, inspirados, jaleados y consentidos por las "Autoridades legítimas".

Tras un bombardeo de la aviación nacional el barco es tomado por lo peor de la chusma que atormentaba a la gente de bien en Santander. De los tiros y bombas de mano indiscriminados en las bodegas se paso a la selección de los objetivos, a los que se hacía subir a cubierta para recibir los disparos al aire libre entre el regocijo y las "gracias" de aquellos animales sin escrúpulos. De las llamadas nominales se pasó a la elección accidental, por tener cara de cura, por vivir en determinado sitio o, sobre todo, por tener bigote, adorno que para ellos era típicamente fascista. Allí entregaron su vida por España los tres hermanos Cossío Escalante, José Luís Martín García de Castro, José María Corbín, César González Tejerina, Vicente Vallejo, el Teniente Coronel López Muñiz, el Padre Manuel Navarro, Jesús Arias Corcho, Jesús Acha, Jesús Dañobeitia, José Iruretagoyena y un largo rosario de nombres cuyos restos están hoy enterrados en la Capilla del Cristo de la Catedral de Santander.

El relato más detallado de todos aquellos acontecimientos es el contendio en la obra A bordo del Alfonso Pérez de Ramón Bustamante Quijano, cautivo en la checa del Ayuntamiento, Alfonso Pérez y Penal del Dueso, de donde fue liberado por las tropas nacionales. El libro es hoy por hoy prácticamente imposible de encontrar. Su dedicatoria dice:

A mi tía María de Escalante y de

la Colina, viuda de Cossío, en

memoria de sus hijos Fernando,

Eduardo y Pepe, que murieron por

la Causa de Dios y de España,

con la entereza de los mártires y

la arrogancia de los caballeros.

R.B.Q.

lunes, 14 de diciembre de 2009

LOS LEGIONARIOS ITALIANOS EN LA TOMA DEL ESCUDO


Tras cruzar la amplia llanura totalmente desprotegida y tras contar con el apoyo de la artillería que desde Soncillo castigó las posiciones, los legionarios italianos se aprestan a tomar la llave de la caída de Santander. El tributo en sangre fue enorme demostrando los italianos que, con preparación, ardor y mandos competentes eran tan buenos soldados como los mejores.

domingo, 6 de diciembre de 2009

BELLA REFLEXION


La compra de libros de viejo reporta en muchas ocasiones gratísimas sorpresas. Me vienen ahora a la mente recortes de prensa de la época, calendarios o incluso un parche de tela original de la División de Flechas Negras de la Guerra de Liberación Nacional. Hace unos años compré la biografía apasionada de José Antonio, obra de Félix Ximénez de Sandoval, cuya primera edición se remonta a 1941. El mío es un ejemplar de la sexta edición, de 1974, editada por Fuerza Nueva Editorial y prologada por Blas Piñar. Lo siento por los fundamentalistas del purismo pero es así. Dentro había una fotocopia de un folio mecanografiado. Lo reproduzco tal cual:

José Antonio, Tú que diste un sentido de alegría y apetito a la forma dura y trágica de la vida; Tú que hiciste carne de tu carne el dolor y el amor, la generosidad y la ambición; Tú que encontraste militar y elegante manera de morir; Tú que nos miras desde el merecido descanso; descanso de luz y primavera eterna, pero descanso de puertas guardadas por ángeles con espadas de fuego y purificación.
¿Estás contento de nosotros?
Yo creo que no.
Y yo creo que no porque te levantaste contra la materia y el egoísmo y hoy los hombres han olvidado la sublimidad de tus palabras para correr como locos sedientos por el camino del egoísmo y la materia.
Porque quisiste una Patria de poetas y soñadores ambiciosos de gloria difícil, y los hombres buscan sólo una Patria despensera y estomacal repleta de fécula aunque no tenga belleza ni gallardía.
Porque predicaste el sacrificio y los hombres miran a un lado y al otro para esconderse.
Porque despreciaste el dinero y los hombres buscan el dinero; y el negocio se impone al deber y el hermano vende al hermano y se especula con el hambre del humilde y con las dificultades de la Patria.
Porque los hombres confunden tu lema de ser mejor por el de estar mejor. Porque el espíritu se hace carne, y el sacrificio gula y la hermandad avaricia.
Porque llamaste a tu cortejo a millares de mártires para que nos sirvieran de norma y guía, y los hombres no han visto en la sangre de los tuyos el ejemplo; y encuentran inoportuno su recuerdo y les molesta que a sus oídos cerrados a la generosidad repitamos con machaconería la presencia de los “Presentes” y, hasta qué sé yo, si alguno explota sus caídos como plataforma para trepar o como trampolín para el negocio y apara la pirueta.
José Antonio, Tú no estás contento de nosotros. Tú nos tienes que mirar desde tu sitio, desde tu 20 de noviembre con profundo sentido de desprecio y de melancolía.
Tú no puedes estar contento con esta vida mediocre y sensual.
Pero no temas. Flota todavía en España la esencia de tu perfume. Tienes todavía prietas las filas de tus seguidores, hay todavía fibra en los regatos de nuestros ríos de donde sacar cuerdas nudosas para látigos.
Y echaremos del templo a los mercaderes y tu sangre florecerá y el cortejo de tus mártires flotará como una inspiración y la venda de oro que hoy ciega a los hombres caerá y volveremos a soñar contigo cosas imposibles y disparatadas y despreciaremos lo pequeño y lo ruin que está al alcance de la mano y hablaremos con tu ambición, y…
¿Quién ha dicho que más vale pájaro en mano que ciento volando?
Mentira; no queremos una Patria chata y sin dificultades; no queremos una Patria de letras de cambio.
Tú nos enseñaste a decir que todo eso era mentira y nosotros convenceremos al mundo de la mentira. Despreciaremos el egoísmo de lo seguro, seguiremos con ambición insaciable el vuelo de los cien pájaros libres y llegará el día que el ansia nos dará alas y volaremos más altos que los pájaros mismos, y entonces…
Entonces nuestras obras merecerán la sonrisa de tu beneplácito.
José Antonio, no te seguiremos con la postura y con el grito. La postura se hace estatua y los gritos sólo sirven para que con ellos jueguen las golondrinas de agosto.
Te seguiremos con la fe puesta en la doctrina.
Y TRIUNFAREMOS.

J. L. de A.

¡¡JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA, PRESENTE!!
(yugo y flechas)