"Otra vez, en bárbara lucha, han caídos muertos a tiros, de uno y otro bando, hijos del pueblo.
Si el movimiento revolucionario hubiera triunfado, habrían salido a última hora de sus escondrijos los cabecillas ocultos y habrían recabado para sí los honores, el mando y los sueldos magníficos. mientras tanto, las viudas y los huérfanos de los hombres del pueblo muertos en las calles, (obreros y guardias), enfermarían de hambre en sus tugurios sin que nadie se acordase de ellos.
Como el movimiento revolucionario ha sido vencido, muchos obreros sufrirán pensa duras y justas por haber hecho frente a la autoridad, por haber incendiado y destruido con bombas, por haber asesinado monstruosamente a sus hermanos. mientras tanto, los cabecillas, que siempre disponen de dinero y oportunidad, para ponerse a salvo, aguardarán a otra ocasión en que jugar con la sangre proletaria.
¡Obreros! ¡No permitáis que dure un día más este criminal negocio con vuestras vidas! ¡No os fiéis más de los que dicen amaros para encaramarse sobre vuestros hombros! ¡Repudiad a los que os llenan de odio para dejaros luego en la estacada! ¡Pensad en que mientras ellos ganan comodidades, fama y poder, vosotros sois siempre los llamados a presentar el pecho en las calles para carne de ametralladoras!"
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