Más allá de las edulcoradas apreciaciones que podemos encontrar en los medios bienpensantes, o sea, de augusta imparcialidad democrática de corte "progresista", vamos a relatar alguna de las hazañas de la señorita Kent como Directora de Prisiones durante la dictadura republicana.
"...en los establecimientos penales dominaba la más desaforada anarquía, bajo la férula inaguantable de una señorita desconocida, que ejercía, por misteriosas complacencias la Dirección General del Ramo.
La íntima amiga del raquítico Albornoz, Victoria Kent, que es la ciudadana en cuestión, más fea que un trueno y más seca que una encina, intentó llevar a Penales toda la cursilería de las "redenciones" revolucionarias y toda la amargura incontenida de su doncellez veterana. Anunció que iba a ser la "madre" de todos los reclusos, sin duda porque su larga y desconsoladora soltería no podía permitirle otra clase de maternidad. De mentalidad vulgar y ramplona, ignoro cómo pudo hacerse con un título de abogado, que sólo le sirve para retratarse en la prensa incondicional, tocada cont toga y birrete, para asombro de comadres y porteras.
Comenzó su gestión con tanto éxito, que los presos de la cárcel de Barcelona hicieron un plante, se amotinaron, rompieron todas las puertas de la prisión y estuvieron a punto de marcharse tranquilamente a la calle. La cárcel quedó tan inservible que el Gobierno tuvo que habilitar un barco para convertirlo en prisión.
Aún tenía que sufrir más vergonzosa humillación el Poder dictatorial republicano. Los comunistas y anarcosindicalistas, a cuyas filas pertenecían la mayoría de los presos amotinados, exigieron a los carpinteros barceloneses que no repararan las numerosas puertas destrozadas, para que la cárcel continuara inservible. Y el Gobierno tuvo que tragrase la imposición, enviando las puertas a Palma de Mallorca para intentar su reparación.
La ciudadana kent, para atraerse la voluntad de la población penal, aumentó con 0,35 el haber del preso. Pero como, por otro lado, sus benevolencias con los proveedores alejaban el mezquino beneficio, surgieron plantes y motines en todas las cárceles de España por la mala calidad del rancho, muchísimo peor y más escaso que antes del aumento.
En la cárcel de Madrid, donde he vivido siete meses y dos días, canallescamente recluído por la dictadura republicana, presencié protestas y plantes imponentes. Los pobres presos no podían ni oler la repugnante bazofia que les proposcionaba esta Concepción Arenal de caricatura.
Un día el director anunció la visita de la "Señorita Directora". Recomendó a los reclusos el mayor comedimiento y todas las consideraciiones debidas a tan campanuda visitante. Pero un grupo de presos de la primera galería, interpretando el sentir de toda la población penal, contestó brutalmente al director:
-Dígale a esa tía que no venga, porque si entra, la vamos a tirar todas las banquetas a la cabeza.
Y la seca directora, tan adorada por los reclusos, según afirmaba diariamente la prensa gubernamental, no se atrevió a asomar su cara por la puerta de la prisión. Irritada por este desaire, la señorita Kent maquinó, sin duda, alguna represalia. Porque a los pocos días, con motivo de otro plante, entraron en la cárcel los guardias de asalto y apalearon brutalmente a los infelices reclusos. ¡Esta era la tutela maternal que dispensaba a los presos la dictadura republicana!¡Y apaleaba a sus mismos aliados revolucionarios!"
Durante el régimen monárquico no se utilizaron nunca fuerzas represivas en las cárceles; se bastaba la persuasión marcada por la prudencia del cuerpo de funcionarios de prisiones, desamparados, desautorizados y oprimidos bajo los gobiernos republicanos. pasaron a ser meros ordenanzas sin autoridad incapacitados para cualquier labor reconducente con los presos para no
molestar a la "madre" de los presos.
Don Primitivo Requena, subdirector-administrador de la cárcel de Madrid pidió la separación del cargo tras ser insultado y agredido por los reclusos. La Comisión Gestora de la Asamblea del Cuerpo de Prisiones protestó en la prensa contra la Kent por alentar peticiones de los penados en detrimento del personal de prisiones, comadrear con ellos despreciando a los segundos con el resultado de amotinamientos y plantes generalizados así como el cierre de un alto número de prisiones siendo el resultado de todo ello el fracaso absoluto por el que desistió de entrar en las prisiones para pronunciar sus discursos entre los reclusos "reclamando el apoyo de los parricidas, de los asesinos, de los violadores y de los ladrones de toda laya y condición..."
"No puede darse un fracaso más rotundo de un gobierno y un funcionario. La estantigua laica que se atrevió con los Crucifijos de las cárceles, para suprimirlos, y con las humildes religiosas, para prescindir de sus abnegados servicios, no se ha atrevido con el Cuerpo de prisiones, que la ha arrollado, obligándola a dimitir, con aplauso de todos los españoles, a pesar del decidido apoyo de su íntimo amigo y ministro, Albornoz."
En breve, las glorias y laureles que la República consiguió para España en el extranjero a través de sus diplomáticos de prestigio. No se lo pierdan.
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