lunes, 26 de marzo de 2012

NAPOLEONCHU: UN ESTRATEGA GENIAL


Continuamos con las aventuras y desventuras, sobre todo desventuras de Napoleonchu Aguirre, gurú mayor de la republiquita sabiniana de Vascongadas. Napoleonchu, al que poca gente tomaba realmente en serio, venía siendo siendo ninguneado y ridiculizado desde el bando nacional mucho antes de la caída de Vizcaya. El propio Queipo de Llano gustaba de mofarse del insignificante sujeto en sus charlas radiadas, por ejemplo en fecha 12 de junio de 1937, donde aseguraba que para entonces todos los vascos debían estar muertos si se diera crédito a las "tonterías" de Napoleonchu cuando decía que "todos los vasco morirían antes de retroceder, pues darían el pecho valientemente al enemigo sin dar un solo paso atrás", o cuando decía que "el enemigo está contenido y ahora tendrá que retroceder", o aseguraba "ha terminado el avance del enemigo y ahora le llevaremos para atrás". Algunas de estas bobadas las decía cuando había lluvia y cesaban las operaciones aéreas y artilleras, pero desgraciadamente para Napoleonchu, que no para los vascos, después de llover sale el sol y le dan a uno la del pulpo. Se mofaba el libertador de Sevilla de la incapacidad de Aguirre para dirigir un ejército, pero alababa su buen juicio para enviar a su esposa e hija a Inglaterra desde Francia, no se sabe si por miedo a los nacionales o por miedo al Frente Popular francés.
A mediados de junio ya se decía que se veía a napoleonchu correr por las calles de Bilbao en bañador para tirarse al mar habida cuenta del calor que se debía sentir por la capital vizcaina en esos momentos.
Ahora, me permito reproducir un artículo de José Goñi, aparecido en prensa el primer día de julio de 1937 que retrata al personaje en toda su magnitud:
"Cuando en diciembre salieron de Bilbao numerosos camiones de milicianos afirmando a voces que iban a tomar café en Vitoria y que de allí se trasladarían a merendear en San Sebastián; cuando aquella famosa ofensiva rojo-separatista abortada frente al pequeño pueblecito de Villarreal, se dijo que Napoleonchu se había comprado unas magníficas botas de montar para, cabalgando un caballo blanco, ir al frente de su poderoso ejército. La casualidad ha querido que yo pasase hoy frente a la zapatería donde, según el rumor público, Aguirre se hizo aquellas botas. Tan de sainete era la versión que de este pequeño episodio teníamos; dieron tanto que hablar las ya famosas botas, por otra parte, ofrece tan escasas perspectivas, aparte de de estas grotescas minucias, la vida de este general en jefe del gamberrismo bilbaino... En fin, que he decidido entrar en el establecimiento.
El encargado me saluda muy afectuoso. Dice que, en efecto, aquí se hizo unas magníficas botas de montar José Antonio Aguirre, "Chocoliqui", como ha dado en llamarle, al aludir amenamente a su etapa de emperadorcete, el gran García Sanchiz. Un día, allá por noviembre del pasado año, llegó a la zapatería un aviso de Presidencia. Era preciso que el zapatero fuera a tomarle medidas de sus pies. El oficial se aventuró por entre la guardia personal que guarnecía el Carlton. Y llegó por fin a las habitaciones privadas de Napoleonchu, junto al ascensor que para su uso particular tenía Aguirre I con objeto de ser quien, con mayor celeridad, podría enterrarse en los subterráneos cada vez que la sirena anunciaba la llegada de los aviones nacionales.
Aguirre vestía un magnífico batín de seda, y calzaba chinelas con grandes borlas. Con un gesto autorizó al zapatero para que se acercase a sus extremidades inferiores. El oficial apuntó un vulgar cuarenta y dos. Aguirre creyó conveniente dar la sensación de que no era la primera vez que se iba a calzar botas altas. Sentía sin duda ese cosquilleo del ridículo que advierte el que se sitúa fuera de su plano. Aventuró una frase explicativa:
-Tengo prisa,, porque van a comenzar pronto las operaciones y me dejé en Madrid las botas de montar.
El zapatero, hombre de mundo, no pudo, sin embargo, reprimir un gesto de asombro. nadie se había figurado jamás, es cierto, a Aguirre montando a caballo.
Y Aguirre, que por lo visto tenía ráfagas de lucidez en su cretinismo, aclaró entonces:
-¡Yo serví en Madrid en caballería!
Se le hicieron las botas. Se las puso una mañana de diciembre. Salió en automóvil de Bilbao para evitar sin duda un espectáculo excesivamente atrayente de la curiosidad y hasta del regocijo popular. Y se plantó en Ochandiano. Allí fue donde montó en un magnífico alazán blanco. Leizaola -aspecto de sacristancete triste- le despidió con una frase escultórica:
-En Vitoria nos veremos.
Al día siguiente se vieron, en efecto, pero no en Vitoria, sino en el Carlton de nuevo. Fue, según he podido constatar ahora, un Consejo de Ministros extraordinariamente movido. Los eñores consejeros daban fuertes puñetazos sobre la mesa. Los más brutos llegaron a blasfemar. Resulta que el ataque a Vitoria había acabado en Villarreal, allá donde empezó muy de mala manera. Iban y venían constantemente a Bilbao las ambulancia llevando a la capital grandes cantidades de heridos.
las botas altas de Aguirre, según parece, no se han vuelto a usar. pero con una vez fue bastante para que quedase constancia documental de ellas. Yo he visto al simpar Napoleonchu retratado con ellas, con una chaqueta de sport, muy de corte inglés, y una fusta en la mano. El caballo no se ve. Del caballo nadie sabe nada. por asociación de ideas me acuerdo ahora que tampoco de Aguirre se sabe ya nada; se ignora su paradero.
Todo esto que he referido a grandes trazos parece afán de ridiculizar a un hombre. Sería poco caritativo. Porque supondría desplazar a Aguirre de la labor a que se ha entregado con admirable ahinco. Me he limitado a recoger datos ciertos, auténticos. Si tienen ambiente de sainete malo, no es mía la culpa.
Y si no lo quieren ustedes creer, pregunten en la zapatería de Villarejo. Es muy popular en Bilbao."

2 comentarios:

  1. Hola, me ha encantado tu blog, espero que no te importe si algún día "copio" algo para el mió.
    Espero que me sigas visitando.
    Un saludo desde Madrid

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    1. Desde luego puedes copiar lo que más te guste, María de los Angeles, y La Gata Rufa me parece un blog delicioso. Saludos y gracias.

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