Como cuenta Utrera Molina en sus memorias "Sin cambiar de bandera", fue Torcuato Fernández Miranda el que en Enero del 73 le encargó pronunciar el discurso en el aniversario de la fusión de FE con las JONS el día 4 de marzo a celebrar en el Teatro Calderón de Valladolid. Consideraba Utrera la capital castellana como ostentadora de un falangismo "crítico y exigente" y asumió el reto a pesar de que tradicionalmente el orador había salido de las filas de los nombres ilustres de la Vieja Guardia.
El día fue radiante y el teatro abarrotado con camaradas procedentes de multitud de provincias. Estuvo acompañado por Herrero Tejedor y resaltó cómo consideraba al Movimiento debía encarnarse en el pueblo, llegar a las plazas, a los centros de trabajo o al campo. propugnó una democracia de fondo y no de formas, señalando la necesidad de una España con paredes limpias y claras para poder ser reconciliada y libre.
El presidente del Gobierno, Almirante Carrero le felicitó por su discurso. Y eso es lo que quiero traer aquí, la palabra de un hombre leal, íntegro, un servidor público capaz de hablarle a su pueblo con el corazón y con el alma, en la forma y en el fondo. Nunca la democracia ha tenido hombres así, si acaso Blas Piñar y a nadie se le ocurre considerarle un producto de esta democracia. A los lugares comunes a los que acuden los políticos "que nos hemos dado", a su indigencia cultural y miseria moral oponemos la vibrante fe de la cultura, de la hombría y del servicio, cualidades que la Constitución y el parlamentarismo ejecutaron una mañana junto a alguna cuneta y lanzaron a una profunda sima de la que nadie ha vuelto a saber nada.
Resumen de seis minutos del acto en el aniversario de Falange y las JONS en el Teatro Calderón de Valladolid en marzo de 1973.
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