lunes, 8 de abril de 2013

LOS RESTOS DE LA ESCUADRA DE CERVERA Y SANTANDER


City of Rome


Destruída la escuadra del Almirante Cervera el mayor contingente de prisioneros fue trasladado siete días más tarde hasta Portsmouth por el crucero auxiliar Saint Louis y ciatro días después casi otros mil hombres llegaron a bordo del Harvard. Los heridos fueron llevados directamen Solace.  A bordo del Harvard habían sido asesinados cinco prisioneros y otros catorce fueron heridos al disparar los guardias, voluntarios de Massachusets al mando del comandante Cotton, al desobedecer órdenes que los españoles no entendieron. Mientras los combates seguían en la Loma de San Juan. A decir de Rafael González Echegaray "se había perdido todo porque no se había sabido en sum momento defender nada, ni merecía la pena, ahora, su defensa. Era el último cuadro de la tragedia americana y el telón caía para España entre los abucheos procaces de los espectadores de Europa, las desvergonzadas protestas democráticas del gallinero norteamericano y el chaqueteo indigno de los leales y patriotas de perra gorda."
Tras la capitulación de Santiago Cervera y sus oficiales son trasladados a Annapolis mientras la tropa junto a algunos oficiales dejados por el Almirante fueron llevados hasta la isla Seaway y alojados en unos barracones en un campamento cuyo comandante hizo bueno al del crucero Harvard y que sería sustituido tras las protestas de Cervera. Los heridos residentes en la base situada en Virginia recibieron en cambio un trato digno de ser destacado y agradecido. Cervera y sus acompañantes fueron alojados en la Academia Naval de Annapolis donde gozaron de una relativa libertad y de un buen trato. Atrás quedaron 323 muertos en el combate de Santiago y los 6 asesinados en el Harvard; entre ellos el Capitán de Navío Joaquín Bustamante, hombre sabio que era jefe del Estado Mayor de la Escuadra y que como tal acompañó a la tropa desembarcada que continuó la lucha en las lomas de San Juan donde murió a resultas de las heridas recibidas en combate.
Allá quedaron el Colón en Punta Tarquino, el Infanta María Teresa en Punta Cabrera posteriormente reflotado, el Oquendo en la Playa de Nima Nima, el Vizcaya en la playa del Aserradero, el Furor frente a la playa Mar Verde, y el Plutón.
Los 79 oficiales y 14 marineros alojados en la Academia de Annapolis. Cervera tuvo absoluta libertad para circular por la academia e incluso la población; los demás oficiales tuvieron que firmar un documento de compromiso a lo que Don Antonio de Eulate y Ferry, comandante del Vizcaya,  se negó aduciendo que si para un Almirante bastaba su palabra la suya era igual de buena, sufriendo un momentáneo arresto. Al frante de la Academia estaba el Superintendente Comandante Mc Nair, cuyo comportamiento fue exquisito llegando a publicar una proclama en la ciudad en la que, entre otras cosas, decía: ..."el valor de éstos (los españoles) bajo su desgracia pide la más alta consideración de los habitantes de Annapolis hacia ellos durante su forzada estancia, debiendo ser tratados con cortesía y respeto..."
A primeros de agosto Cervera consiguió un permiso para visitar a los prisioneros de Norfolk junto al vicecónsul español Mr. Arthur C. Humphrey, gran amigo de España y los españoles. Aquí, entre los 44 heridos y enfermos, se hallaba el Capitán de Navío Víctor Concas, Comandante del Infanta María Teresa, que sería el autor de una de las mejores obras escritas sobre los combates y la pérdida de la Escuadra. Posteriormente visitaría a los prisioneros que quedaban en Portsmouth.
Las negociaciones para poner fin a la guerra se fueron desarrollando, llegando las autoridades americanas a proponer la libertad de los presos bajo palabra de no intervenir en operaciones militares mientras durase la contienda, cosa que el Almirante rechazó por contravenir las Ordenanzas.
Firmada la paz y perdidas las colonias se procedió por parte de Cervera a contratar buques para retornar a España. Desde el Ministerio se les indicó que en caso de más de un buque se dirigieran a los puertos de Vigo y Santander o a éste último si sólo se fletaba uno. Fueron elegidos estos puertos por tener en la proximidades lazaretos capaces de albergar tan importante número de personas para pasar la cuarentena necesaria para personas que venían de las Antillas donde las enfermedades tropicales eran las que diezmaban las unidades militares.
Finalmente firmaron el City of Rome, excepcional buque amarrado en el Puerto de Nueva York por 11.185 libras esterlinas pagaderas en Londres. Aprobado el flete embarcan los prisioneros de Annapolis, partiendo a continuación a recoger a los de Portsmouth mientras los de Norfolk ya habían sido embarcados el día 8 de septiembre partiendo el buque definitivamente el día 12. En previsión de reforzar la capacidad de acogida de repatriados, se destinó el Crucero Auxiliar Meteoro  al Servicio Sanitario de los lazaretos y albergarían al personal que una vez fumigado debiera permanecer en observación. El 31 de agosto llegó el Meteoro a Santander siendo amarrado en el muelle de Maliaño. También sería utilizado en esta misión el vapor Habana. El 20 de septiembre fondea el buque en el abra de El Sardinero, al abrigo de la Punta de Cabo Menor. El capitán del City of Rome consideró peligroso entrar en la bahía y por ello embarcaron en el barco del Práctico el 2º Jefe de la Escuadra, José María Paredes y Chacón, el Comandante del Vizcaya, Antonio de Eulate y Ferry y otros oficiales como el montañés Alférez de Navío Nárdiz y el también montañés, Guardiamarina Gutiérrez Colomer.
A Santander ya habían llegado otros buques de transporte con repatriados, en la primera quincena de septiembre lo hicieron cuatro buques con un total de unos 7.000 hombres, disponiéndose en tierra cualquuier sitio disponible para su alojamiento hasta su licenciamiento. En la madrugada del 21 fueron pasando los repatriados a distintos buques que fueron trasladándoles hasta el puerto donde fueron recibidos por autoridades y una población que se comportó de manera solemne y respetuosa. Posteriormente la marinería pasaría al Meteoro. Cervera acudió caminando al Hotel Continental donde quedaría alojado junto con sus hijos.
En total, en ese viaje llegaron 81 Almirantes, jefes, oficiales y guardiamarinas, 243 Clases, 1.340 de Marinería y tropa de Marina, 2 Oficiales del Ejército, 3 Sargentos del Ejército y 18 Cabos y soldados del Ejército para un total de 1.687 hombres.
A última hora de la tarde saldrían en tren correo para Madrid Cervera, sus hijos y alguno de los oficiales entre vítores llegando al día siguiente a la estación de Príncipe Pío. Mientras otros buques llegaban al puerto de Santander con nuevos refugiados...
Ante la comisión de recepción en Santander, Cervera había dirigido unas palabras que concluyeron como sigue, "las naciones se salvan con victorias, no con derrotas por gloriosas que sean." Sirva como homenaje a unos hombres que, como siempre, dieron lo mejor del genio de la raza en contraste con la clase política y periodística que llevaron a la nación a la ruina y al descrédito.

Crucero auxiliar Meteoro

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