jueves, 11 de abril de 2013

MEDALLA DE LA CAMPAÑA DE FELIPE XIMENEZ DE SANDOVAL



Miniatura de la Medalla de la Campaña 1936-39 perteneciente a Felipe Ximénez de Sandoval

La medalla de la Campaña (1936-39) es una de las más bellas y singulares condecoraciones de nuestra Guerra Civil. A primeros de 1937 se estableció cuáles serían las condecoraciones que las tropas nacionales podrían recibir por méritos de campaña y en ese Decreto ya se establecía una condecoración para todo personal que participase de manera activa en operaciones militares o en la línea de fuego, haciendo constar que sería igual para jefes, oficiales o tropa y cuya única diferenciación sería el haber sido otorgada por servicios en vanguardia o retaguardia. En octubre de ese año se abre un concurso para que artistas y fabricantes presentaran sus ideas dejando total libertad para elegir materiales, alegorías o tamaño salvo la cinta. Si el elegido hubiera sido un empresa fabricante habría tenido la exclusividad de fabricación y venta, de haber sido un particular habría recibido 2000 pesetas de premio. Lo que si quedó estipulado fue que el precio debería ser el mismo tanto si pagaba el Estado o particulares y, por tanto, debía ser especificado. El concurso quedó desierto. En marzo del 38 se abre un nuevo concurso para la fabricación de 50.000 ejemplares de dicha medalla cuyo modelo estaba en el Ministerio de Defensa Nacional a disposición de los concursantes. De aquel primer lote 48.000 serían para acciones de vanguardia y 2.000 de retaguardia, la diferencia estribaba en los bordes negros para el primer caso y verdes para el segundo de la cinta. La empresa de Motrico, Industrias Egaña fue finalmente la adjudicataria. En marzo de 1939 hubo un nuevo concurso para la manufactura de otras 700.000 medallas, que como las anteriores, serían completas, esto es, provistas de cinta y pasador y a un coste que no podía exceder de 4,90 pesetas. Egaña fue la única concursante y se quedó con el encargo a un precio de 4,50 pesetas la unidad.


Reverso de la Medalla de la Campaña junto al anverso de la miniatura de F.X.S.


Por tanto el modelo fue aprobado sin concurso y su diseño parece ser atribuido al Capitán Aurelio Perote Martínez. A groso modo se trata de una medalla de 37 milímetros de ancho pavonada en negro y con algunas partes doradas en cuyo anverso aparece un león representando a España que sujeta con sus garras a un dragón sobre el que aparece una hoz y un martillo en representación del comunismo. Como fondo aparecen las espadas de la Laureada y un sol naciente además de la fecha 17 de julio 1936. En el borde derecho hay hojas de laurel y en el izquierdo de roble. En el reverso hay un águla con las alas desplegadas que sujeta el escudo de España con sus patas que pasan bajo un yugo. También aparece en la parte inferior un casco militar y a la derecha un haz de flechas. En el borde superior aparece la leyenda "ARRIBA ESPAÑA" y en el resto de la circunferencia "GENESSMO FRANCO. (anagrama del Víctor). UNA GRANDE LIBRE IMPERIAL ML. HSP. GLOR (miles hispaniae glorius).

Anverso de la Medalla de la Campaña 36-39 y reverso de la de F.X.S.


Las medallas que se fabricaron hasta mediados los 40 tienen un aspecto más envejecido y sus inscripciones son más nítidas y de reverso plano o ligeramente convexo frente al cóncavo posterior y una peor calidad visual de las inscripciones.
Esta medalla fue concedida a los participantes de la guerra de todas las nacionalidades, españoles, alemanes, italianos, portugueses o irlandeses. Al contrario que otras, es una medalla que ofrece multitud de variantes debido seguramente a que se utilizaron distintos troqueles en su fabricación. Por ello, sobre el conjunto principal que no varía pueden aparecer o no la inscripción "Industrias Egaña" o "Egaña" en distintas posiciones o las siglas "AM" también en distintos lugares. Hay reconocidas casi una veintena de modalidades pero podrían ser más.
De estas, como de otras condecoraciones, se realizaron versiones en miniatura para ojal o con cinta para llevar visitendo de paisano en eventos. La que encabeza el artículo perteneció a Felipe Ximénez de Sandoval y es la última pieza del material recuperado que aquí se ha venido exponiendo.

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