Francisco de Cossio, hermano de José María de Cossío, además de su obra literaria y periodística fue un buen cronista de la guerra civil. Sin entrar a aportar más datos biográficos, fáciles de encontrar, paso directamente a reproducir lo que este gran autor, tan vinculado a La Montaña, opinaba sobre el nacionalismo y separatismo vasco allá por 1937; pensamientos recogidos en su obra "GUERRA DE SALVACION. Del Frente de Madrid al de Vizcaya."
"...al fin entramos en la ciudad de los Fueros, ya libre del cañón enemigo, pero a la que llegan claros, isóronos los estampidos secos de los "pacos". Por Guernica, lo que ha pasado no es la guerra, sino el terremoto. Es inconcebible esta destrucción que, indudablemente, obedece a una técnica roja, a la que sin duda se prestaron como coadyuvantes los nacionalistas vascos. la casa de los Fueros y el árbol histórico es lo único intacto que ha quedado en Guernica. Penetramos en el parque con la compañía de uno de los Requetés que la guardan. Cualquier caserío de estas montañas y cuaquier roble de estos barrancos tienen más fuerza de historia y tradición que esta casa y este árbol. todo ello con el aspecto de una falsificación de un pastiche mediocre. Frente al nuevo árbol, una ridícula copia del partenón, y el tronco embadurnado de brea también entre columnas griegas de similor. Y en cuanto a la famosa sala de Juntas, la caricatura de un parlamento on un altar al fondo, en el que sonríe una Vírgen de talla, de escuela castellana. Todo eso no tiene sabor de Historia, y así es comprensible que las escenas históricas de este lugar las mixtificase y prostituyese el separatismo. Digámoslo sin rodeos, este lugar que últimamente rindió honores a Prieto y a Companys, parece construido por unos nuevos ricos de la Historia. ¿Qué hubiesen hecho con un castillo como el de Peñafiel y con un Archivo como el de Simancas?
No, la tradición y la historia de un pueblo no puede guardarse en el lugar donde se ha perpetrado una traición. la historia de Vizcaya y de España palpitan juntas en este mar y en este paisaje. Y en estos robles jóvenes que renuevan en estos momentos las viejas empresas de Unidad."
"...El separatismo es cosa nueva, una cosa de ayer. El separatismo es un fenómeno antitradicional que no implica otra cosa sino un pecado de soberbia. No era separatista Vizcaya cuando Don Diego López de Haro, señor de Vizcaya con apellido bien castellano, solicita y recibe de D. Fernando IV de Castilla algunas franquicias para sus mercaderes; no lo era tampoco cuando Doña maría la Buena consigue nuevos privilegios; no lo era cuando en la persona de D. Juan III se une al Reino de Castilla el Señorío de Vizcaya; no lo era tampoco cuando D. Juan II acaba con las disensiones entre las dos ciudades que separa la ría cambiándolas de nombre; ni cuando los vizcainos se suman a las empresas de colonización y conquista...Y así siguen durante toda la historia de España los Fueros, privilegios y mercedes que todos los reyes, sin excepción, conceden a Vizcaya...¿Qué ha pasado aquí? Aquí ha pasado simplemente una ola de vanidad y pedantería. Don Sabino Arana y su escuela estaba constituída por hombres que empezaban por ignorar la historia y aún el idioma de su tierra. Porque el vascuence, hay que confesarlo, no lo hablan sino las clases populares y, en caso, los curas que proceden del pueblo.
Al visitar yo las oficinas de la Presidencia en el Hotel Carlton, observé que todos los documentos, órdenes, propagandas y periódicos, con muy pocas excepciones, estaban redactados en castellano. De tarde en tarde, por despistar, alguna palabra en vasco, pero tan clara que yo mismo la entendía.
Bajando por las escalerillas del puente de Isabel II esta tarde, vi cómo una muchacha hablaba con otra a larga distancia en vasco. Pasó por su lado un falangista y dijo:-Señorita, hay que hablar para que todos nos entendamos- ¡Qué profunda verdad! Hay que hablar para que todos nos entendamos, y los separatistas la misión principal que han cumplido es la de confundir las lenguas y con las lenguas las ideas.
Hay que esperar a que estas gentes de Bilbao salgan de su estupor, y, entonces, yo estoy seguro que se darán cuenta del error en que han vivido, o, aún mejor, del error en que les han tenido. De éstos, de los criminales conductores, se han marchado casi todospero en Bilbao queda aún la enfermedad que ha producido su veneno..."
"...al fin entramos en la ciudad de los Fueros, ya libre del cañón enemigo, pero a la que llegan claros, isóronos los estampidos secos de los "pacos". Por Guernica, lo que ha pasado no es la guerra, sino el terremoto. Es inconcebible esta destrucción que, indudablemente, obedece a una técnica roja, a la que sin duda se prestaron como coadyuvantes los nacionalistas vascos. la casa de los Fueros y el árbol histórico es lo único intacto que ha quedado en Guernica. Penetramos en el parque con la compañía de uno de los Requetés que la guardan. Cualquier caserío de estas montañas y cuaquier roble de estos barrancos tienen más fuerza de historia y tradición que esta casa y este árbol. todo ello con el aspecto de una falsificación de un pastiche mediocre. Frente al nuevo árbol, una ridícula copia del partenón, y el tronco embadurnado de brea también entre columnas griegas de similor. Y en cuanto a la famosa sala de Juntas, la caricatura de un parlamento on un altar al fondo, en el que sonríe una Vírgen de talla, de escuela castellana. Todo eso no tiene sabor de Historia, y así es comprensible que las escenas históricas de este lugar las mixtificase y prostituyese el separatismo. Digámoslo sin rodeos, este lugar que últimamente rindió honores a Prieto y a Companys, parece construido por unos nuevos ricos de la Historia. ¿Qué hubiesen hecho con un castillo como el de Peñafiel y con un Archivo como el de Simancas?
No, la tradición y la historia de un pueblo no puede guardarse en el lugar donde se ha perpetrado una traición. la historia de Vizcaya y de España palpitan juntas en este mar y en este paisaje. Y en estos robles jóvenes que renuevan en estos momentos las viejas empresas de Unidad."
"...El separatismo es cosa nueva, una cosa de ayer. El separatismo es un fenómeno antitradicional que no implica otra cosa sino un pecado de soberbia. No era separatista Vizcaya cuando Don Diego López de Haro, señor de Vizcaya con apellido bien castellano, solicita y recibe de D. Fernando IV de Castilla algunas franquicias para sus mercaderes; no lo era tampoco cuando Doña maría la Buena consigue nuevos privilegios; no lo era cuando en la persona de D. Juan III se une al Reino de Castilla el Señorío de Vizcaya; no lo era tampoco cuando D. Juan II acaba con las disensiones entre las dos ciudades que separa la ría cambiándolas de nombre; ni cuando los vizcainos se suman a las empresas de colonización y conquista...Y así siguen durante toda la historia de España los Fueros, privilegios y mercedes que todos los reyes, sin excepción, conceden a Vizcaya...¿Qué ha pasado aquí? Aquí ha pasado simplemente una ola de vanidad y pedantería. Don Sabino Arana y su escuela estaba constituída por hombres que empezaban por ignorar la historia y aún el idioma de su tierra. Porque el vascuence, hay que confesarlo, no lo hablan sino las clases populares y, en caso, los curas que proceden del pueblo.
Al visitar yo las oficinas de la Presidencia en el Hotel Carlton, observé que todos los documentos, órdenes, propagandas y periódicos, con muy pocas excepciones, estaban redactados en castellano. De tarde en tarde, por despistar, alguna palabra en vasco, pero tan clara que yo mismo la entendía.
Bajando por las escalerillas del puente de Isabel II esta tarde, vi cómo una muchacha hablaba con otra a larga distancia en vasco. Pasó por su lado un falangista y dijo:-Señorita, hay que hablar para que todos nos entendamos- ¡Qué profunda verdad! Hay que hablar para que todos nos entendamos, y los separatistas la misión principal que han cumplido es la de confundir las lenguas y con las lenguas las ideas.
Hay que esperar a que estas gentes de Bilbao salgan de su estupor, y, entonces, yo estoy seguro que se darán cuenta del error en que han vivido, o, aún mejor, del error en que les han tenido. De éstos, de los criminales conductores, se han marchado casi todospero en Bilbao queda aún la enfermedad que ha producido su veneno..."
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