jueves, 7 de febrero de 2013

EL ALMIRANTE CERVERA Y EL JOSE LUIS DIEZ. DOS DESTINOS DIFERENTES

Si ambos buques compartieron el honor de ostentar nombres de eminentes marinos españoles, sus vicisitudes guerreras no caminaron por caminos paralelos. Si el Cervera se bastó y se sobró para mantener un eficaz bloqueo en el Cantábrico, primero con el España y el Velasco y después casi en solitario. Bombardea Gijón en defensa de los cuarteles sublevados, Santander, Bilbao y otros muchos puertos, hundiendo  o apresando buen número de buques burlando la presencia de naves de la Navy superiores en tonelaje y armamento. Pasaría al Mediterráneo donde toma parte en todas las acciones importantes. Finalizada la guerra traslada al Conde Ciano de San Sebastián a Santander en visita oficial como también hizo con el Generalísimo en septiembre de 1941. Era gemelo de los "republicanos" Libertad y Miguel de Cervantes.
Por su parte el José Luis Díez era un destructor de la clase Churruca, de lo mejor que salió de los astilleros españoles, barcos rápidos y poderosamente armados que alargaron su vida operativa hasta casi el comienzo de la década de los sesenta, llegando alguna unidad hasta 1970. Pero el Díez "republicano" se distinguió más por sus espantadas, sus huidas o sus interminables estancias en puerto que por su ardor guerrero.
Pero dejemos que sea el Maestro García Serrano el que someramente nos ilustre de manera certera sobre estos dos destinos sin par. Dice la entrada titulada El Chulo del Cantábrico en su DICCIONARIO PARA UN MACUTO, al que no tardaremos en volver:

"El crucero nacional "Almirante Cervera" se hizo a la mar en los últimos días de 1936 desde su base de El Ferrol. Su dotación normal era de casi setecientos hombres. Al salir de operaciones militares, en tripulación no llegaba a doscientos hombres, parte de los cuales no sabían del mar sino que mojaba, que era bueno para ciertas enfermedades siempre que se tomase con moderación y que donde terminaba solía haber unas chicas tomando el sol entraje de baño.
En estas condiciones -y con casi toda la Armada en manos de los potenquines-, para el día 14 de agosto el crucero "Cervera", el "Cervera", ya era temido y honrado en todo el Cantábrico.
Reproduzco un párrafo del diario de navegación del Alférez de Navío Laviga, tras el que estaban Ricardo y José Antonio Giménez Arnau: "Hemos encontrado unos periódicos de Gijón en que se nos llama "El Chulo del Cantábrico" y se nos dedica toda clase de insultos".
Semejante apelativo nunca se pudo aplicar a ninguna unidad de la flota roja. por el contrario, el "José Luis Díez", conocido y rapidísimo destructor de la Armada de Kronstand-Cartagena, se ganó a pulso el arnichesco remoquete de "Pepe el del puerto", por aquella apacible tendencia que mostró en el Cantábrico, Mediterráneo y cachos del Atlántico a entablerarse con la popa en los muelles. O la proa, o la amura, que en semejantes cuestiones a nada le hizo ascos, y más bien se mostraba de un generoso eclecticismo. El tipo renunció a la guerra influido por la carta constitucional entonces felizmente agonizante".

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