BUQUES HUNDIDOS EN LA COSTA DE CANTABRIA DURANTE LA GUERRA CIVIL (I)

Lo prometido es deuda. Vamos a repasar los naufragios y/o hundimientos acaecidos en la costa de Cantabria durante la Guerra Civil Española, según relata D. Rafael González Echegaray.

El C 5 en Portugalete

El primer buque al que haremos referencia es el submarino C-5, cuyo fin ha sido un misterio. Desde la base de Cartagena pasó al Cantábrico junto a otros dos submarinos más de su misma clase. Al mando de D. José María de Lara y Dorda, afecto al Alzamiento,  realmente quien lo ejercía era el Auxiliar de radio, D. José Porto, a la sazón Presidente del Comité Político del buque. Llegó a la costa cantábrica en septiembre, no hubo prisa en el viaje, y su primera acción encomendada fue la caza de el Cervera. que no se llevó a cabo porque Lara se negó a hacer fuego sobre el buque al interponerse supuestamente el Königsberg en la trayectoria. Tras atacar a una serie de bous armados sin éxito se ve perseguido y atacado por estos y otros que se sumarían a la caza, así como el destructor Velasco; averiado permaneció más de 40 horas a 85 metros de profundidad hasta que reparadas las averías emergió y pudo llegar a Bilbao. A finales de octubre del 36 acometió su siguiente misión, a la altura de Cabo Mayor, donde debería atacar y hundir al acorazado España. Sin embargo sus lanzamientos de torpedos erraron el objetivo, según Porto por sabotaje de Lara. Regresó a Portugalete saliendo de nuevo la tarde del día de nochevieja del 36 para no volver a tener noticias de él. Todo apunta que pudiera haberse perdido diez millas al norte de Ribadesella y que hubiera sido el propio capitán el que lo echara a pique con toda su tripulación. Sus 914 toneladas en superficie y 1.290 en inmersión, construido en Cartagena en 1929 eran movidas por motores eléctricos de 750 HP Y diesel de 2.000 que daban 16 nudos en superficie y 8,5 en inmersión y contaba con un cañón de 76 mm. y seis tubos lanzatorpedos.

El 25 de marzo de 1937 naufraga en la bahía de Santander el Jaime Girona. Conocido como el barco hundido estuvo sumergido en la bahía hasta 1940 pudiéndose ver parte de su estructura. El Girona había transportado tropas dantes del desembarco de Alhucemas y al estallar la guerra quedó al servicio del bando republicano. El día 25 de marzo de 1937 salió de Gijón con una carga de 3.322 Tn. de carbón con destino a Bilbao. Como consecuencia del bloqueo de los buques nacionales los barcos solían navegar lo más cerca de la costa posible y así iba el Jaime Girona en las proximidades de Cabo Mayor descubrió un bqrco de guerra, arrimándose más a la costa y tocó en un bajo cerca del cabo referido abriéndose una vía de agua por lo que su capitán decidió a entrar en el puerto de Santander. Escorado de estribor quedó fondeado frente a San Martín, pero ante su inminente hundimiento fue a varar fuera del canal y en poca agua, siendo abandonado por sus 29 tripulantes y quedando con el agua por encima de su cubierta de botes, pudiéndose ver su puente de mando, chimenea y palos. En las bajamares quedaba el agua a la altura de la cubierta principal. Tras comenzarse el salvamento fue a hundirse en la canal quedando tumbado sobre un costado. Después sería arrastrado hasta un fondeadero donde pudo ser adrizado y llevado a puerto.

El 5 de abril de 1937 sería el Andra el que pagaría la osadía de burlar el bloqueo. El Cervera había pasado órdenes de bombardeo conjunto en la costa cantábricaa los cruceros auxiliares Ciudad de Palma, Ciudad de Valencia y Galerna; éste último patrullaba a la altura de Santoña cuando se dio de bruces con un carguero con bandera panameña de nombre Andra. Había partido de Santander con rumbo a Castro Urdiales previo paso por Bilbao a cargar 1.800 toneladas de mineral de hierro con destino a Cardiff e iba con todo el régimen de su máquina. Desde el Galerna se le dio la orden de detenerse habida cuenta de que era un conocido asiduo forzador del bloqueo. El capitán del buque echó el resto e intentó escaparse del bacaladero armado cuya velocidad no era mucho mayor que la suya. Puso toda su potencia con el objetivo de llegar a Bilbao y ponerse al abrigo de las baterías de costa de Punta Galea navegando pegado a tierra. El Galerna puso rumbo convergente mientras radiotelegrafiaba al Cervera dándole cuenta de la presa en ciernes. tras un corto tiempo, la pieza del Galerna abrió fuego y tras marrar el primer disparo hizo blanco con el segundo provocando la parada del buque. Los 19 hombres de la tripulación abandonaron el barco dejando dos cadáveres a bordo y llevando dos heridos graves consigo. Gravemente tocado se le envía una dotación de presa que constata la imposibilidad de ponerlo en marcha de nuevo y por tanto debe ser echado a pique antes de que llegue a la zona minada del abra de Bilbao. Treinta disparos hunden el Andra en 70 metros de agua en la posición 43º-30' N y 3º-15' W.

El 30 de abril de 1937 se pierde el España para la Marina Nacional. El abuelo había revelado al Cervera una semana antes en el bloqueo de la costa cantábrica. El día 29, junto al Velasco, proceden al minado del Abra de Bilbao. Al día siguiente, tras recibir aviso de un intento por forzar el bloqueo al puerto de Santander, ambos buques patrullan la entrada al Abra del Sardinero hasta que descubren al Thornhope que se dirige a puerto. Desde el España se da orden al Velasco de detenerlo dentro de las tres millas que marca el Comité de No Intervención, haciendo el destructor dos disparos sobre la nave oyendo a continuación una fortísima trepidación. El España se ha quedado clavado y escorado a babor señalando que ha chocado con una mina y requiere ayuda. El impacto se produjo por debajo del pantoque de la obra viva, por debajo del grueso cinturón que protegía la flotación. Por la abertura entran enormes cantidades de agua en la sala de calderas de popa y en las turbinas de babor y estribor, pereciendo tres hombres.

El segundo comandante del buque era el entonces Capitán de Corbeta estampillado de Fragata Don pedro Nieto Antúnez que comprobó los terribles daños en persona y constató que el buque escoraba rápida y peligrosamente y su hundimiento era irremediable por lo que se imponía el abandono.  Aún el viejo acorazado tuvo tiempo, en compañía del Velasco, de desatar el infierno con sus piezas sobre una escuadrilla de aviones Gourdou de bombardeo en picado, que soltaron sus bombas lejos de los buques. Posteriormente, con el destructor salvador junto a él comienzan a pasar los tripulantes del agonizante Abuelo al salvador Velasco, en orden y cantando himnos patrióticos. Al regreso de la aviación roja los marinos vuelven al España para ocupar sus posiciones en las piezas de artillería rechazando el nuevo ataque. A las diez y veinte de la mañana hubo un nuevo ataque sin alcanzar objetivos. Alejado el Velasco, el acorazado dió su última pirueta camino del abismo. Un bote vacío llegó a Santander que con el tiempo pasaría al Frente de Juventudes con el nombre de José Antonio perdiéndose años después como buarco de recreo en Cabo Menor.

El 11 de junio de 1937 se perdió el carguero Faustino R. San Pedro en Suances. Había sido incautado por los frentepopulistas el 28 de julio de 1936 y casi un año después, en junio de 1937, navegaba de Asturias a Bilbao con carbón y con las luces apagadas. A la altura de Cabo Oyambre colisionó con el mercante María Amalia, que con la proa destrozada llegó a Santander pero el Faustino quedó haciendo agua peligrosamente. Aunque su capitán intentó llegar a la playa de Suances no lo consiguió y se hundió al sudeste de la Isla de los Conejos. Antes se habían puesto a salvo sus tripulantes salvo el capitán que al descender al bote tuvo un percance y desapareció bajo las aguas.

Dragaminas vascos

El 14 de agosto de 1937 se perdió el Dragaminas D 17 en Noja. Pertenecía a la Flota Auxiliar del Gobierno de Euzkadi. No era más que un pesquero de vapor habilitado de dragaminas tripulado por 11 hombres salía del puerto de Santoña con destino a Santander acompañado de el D-12 y D-16 y la lancha de vigilancia L-6. El D-12 tocaba fondo y cuando el D-17 acudió en su ayuda quedó también embarrancado. Se zafó de su cepo pero se le abrió una vía de agua que le obligó a dirigirse a la playa de Noja donde embarrancó de nuevo produciéndose una explosión en su castillo de proa causándole un muerto y tres heridos.

En próxima entrada los buques perdidos tras la liberación de la provincia.