sábado, 14 de abril de 2012

AQUELLOS ALMACENES DEL SEPU


En Gran Vía de Madrid se instalaron los almacenes denominados Sociedad Española de Precios Únicos, popularmente conocidos como SEPU. Ocupaban parte del edificio que anteriormente habían ocupado los almacenes Madrid-París, que fracasaron teniendo que echar el cierre. Allá por 1935 trabajaban como dependientas en dichos almacenes casi docena y media de mujeres afiliadas al sindicato falangista, CONS. Todas ellas fueron despedidas en bloque a causa de su filiación sindical y política, no pudien, do llegar a aningún acuerdo para deshacer semejante canallada. La Jefatura de Falange toma la decisión de dar un escarmiento a los empresarios del SEPU, encargándole al jefe Nacional de Primera Línea, Agustín Aznar, preparar una acción punitiva.
El día 15 de marzo grupos de falangistas van entrando en el local y distribuyéndose regularmente esperan la señal convenida que da el propio Agustín Aznar para comenzar el apocalipsis. Volaron trastos en todas direcciones, rompiéndose artículos, lunas, maquinaria, etc. en una acción que duró apenas unos minutos hasta que una nueva señal de Agustín puso fin a aquel terremoto. los falangistas salieron del local quedándose Agustín Aznar a esperar la llegada de la fuerza pública y lamentar con ellos los hechos que acababan de ocurrir como si de un desprevenido cliente se tratase.
En la casa de Socorro del Centro y del Palacio se asistió a D. Timoteo Alvarez, de 34 años; Juan Romero Bachiller, de 25; Luisa Orozco, de 28; Gregoria Orozco, de 57; Cipriano Lloret, de 67; así como una de las dependientas por una crisis de ansiedad.

3 comentarios:

  1. Para ser honestos, sobre el asunto SEPU hay que decir que la acción de asalto a dicho establecimiento tuvo un añadido, a parte de ser despididas varias trabajadoras falangistas. Era su carácter judío, pues los empresarios de SEPU eran judíos y el diario Arriba lo dejó bien claro:

    "Estos judíos de SEPU dan motivos para ocuparse de ellos diariamente, por sus relaciones con los empleados que explotan. Si basta su sola presencia para producir indignación, si hasta los atropellos que con su personal cometen basta para sublevar al más tranquilo. Nosotros preguntamos ¿SEPU disfruta de patente de corso? ¿Quién ampara a SEPU? ¿Conoce el director de Trabajo los casos de SEPU?"
    «Siempre Sepu», Arriba, 12 de junio de 1935

    Esto lo reconoció hasta el propio David Jato.

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